viernes, 30 de enero de 2015

Te olvidé

Te olvidé.
Y no quise recordarte,
Pero sé que estoy condenado a sentir tu fragancia.
En cualquier calle o avenida,
Entrada o salida,
Siempre acabo en la misma estancia.
Y clamo hoy a quien me hizo poseedor de tal honor,
Que más que un decoro es un llanto al desamor.
Porque mientras abandonaba la cabeza,
Suplicaba el corazón.
Y yo, relegado al plano de espectador,
Imploraba que parara la batalla entre romano y león,
Entre deseo y razón,
Entre juicio y amor.
Dos titanes que no entienden
Que estoy en medio de los dos.
Y lo único que quería
Era llegar a su interior.

Dejad que vuestra imaginación vuele libre.

Deivid León.

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