Sinceramente no sé qué hacer. Estoy plantado frente a él, sin armas, sin nada que pueda hacerle daño. Pero aunque lo tuviera, dudo que pudiera hacerle frente. Él es mucho más poderoso y yo estoy desmotivado, decaído y se nota en mi presencia. Divago un momento sobre qué podría hacer, cómo podría combatirlo. Pero no se me ocurre nada...
Recobro la conciencia y vuelvo al mundo real. Un mundo en el que me tengo que enfrentar a esa bestia. La bestia que más temo en estos momentos. Ni una madre enfadada daría tanto miedo como esa... Cosa. Sí, cosa. Porque no sé ni cómo describirla...
Sé que es un hombre... Bueno al menos lo era antes... Ahora sólo es un cuerpo con una ropa roída: unos pantalones vaqueros algo desgastados, y no es por moda, sino por el tiempo de uso; una camisa medio desabrochada por encima de una camiseta de tirantes sucia; y... Mi pelo... Sí, mi pelo. Alguna vez he pensado que Goku en su versión Super Sayan está mejor peinado que yo.
Lo miro de nuevo y me reconozco. Sé que soy yo y tengo que hacerle frente a mi pelo. Pero ningún peine es suficiente...
Malditos remolinos.
Sé que hoy tendría que haber vídeo pero últimamente Youtube ha estado muy tonto y no he podido subirlo, (no sé por qué). Pero no os quería dejar sin un relato. Espero que os guste.
Dejad que vuestra imaginación vuele libre.
Deivid León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario